Siempre hemos querido hacer muchas realidad nuestros sueño, pero como pensamos que tenemos tiempo lo posponemos y a veces nunca llegamos a realizar lo que soñamos.
Con el pasar del tiempo, los sueños adolescentes y de juventud, los sumergimos en el olvido y creemos que ya no tenemos el poder de crear. Nos volvemos adultos realistas y falta de ideales. Nos convertimos en producto, productividad, éxito, en empleados, en gerentes, en obreros, en doctor o en el señor que limpia, en cifras, en pertenencias.
Hoy podemos volver a creer, soñar y crear nuestro futuro. Yo haría muchas cosas, si supiera que voy a morir:
Lo primero sería darme cuenta de las muchas cosas que no hice, haría un examen de: Cosas Pendientes por hacer que no hice por miedo, por postergarlo, lo haré el año que viene o ya estoy muy viejo para hacerlo.
Miraría y me daría cuenta de lo maravilloso del amanecer, del sol, el mar, los árboles, los niños corriendo, agradecería cada momento y lo viviría al máximo.
Me rodearía solo de gente que me ama, me considera y me valora.
Me comportaría como un niño de 5 años: miraría todo con asombro, creería en la gente, la bondad, el amor, sería inocente, dulce y diría lo que no me gusta. Sería yo sin máscaras ni fortalezas.
Dejaría de tener dolores de cabeza,estrés y úlceras por el trabajo, vería la oportunidad grandiosa de hacer lo que me gusta y dar lo mejor de mí.
Estaría más con mis seres queridos, les daría más amor, cariño, abrazos, sonrisas y compañía.
Expresaría amor a toda la gente que apreció.
Estaría pendiente de la gente, brindaría sonrisas y cariño.
Le haría ver a la gente lo especiales que son.
Utilizaría mi poder de creación para realizar milagros de amor y abundancia todos los días.
Sería feliz cada día, en vez de esperar a que en un futuro lo sea.
Viviría y experimentaría que mi pareja está en mi bando, que es mi aliado y que estamos para crecer juntos.
Me abandonaría completamente en las manos de Dios.
Realizaría milagros.
Muchas veces dejamos de vivir el día a día, crecer, realizar un sueño, por creer que tenemos tiempo. Y el resultado es que perdemos horas y días maravillosos por esperar ser feliz, y pensar que mañana lo haremos.