Majar el ajo. Mezclarlo con la mermelada, el tomillo, el romero, el orégano, el pimentón, el zumo del limón, un par de cucharadas de aceite, sal y pimienta.
Quitar la membrana que tienen pegada las costillas: levantar una pequeña parte con un cuchillo, y luego tirar de ella. Embadurnar la costilla con la mezcla, meterla en una bolsa de plástico hermética o envolverla en film. Dejarla marinando toda la noche (este proceso se puede reducir o saltar, pero conviene para que la carne quede más sabrosa).
Retirar las costillas de la marinada reservándola. Poner la carne en una fuente de horno y dejar que se temple unos 30 minutos. Precalentar el horno a 160 grados.
Mojar las costillas con el brandy y 100 ml de agua. Meter al horno durante una hora tapada con papel de aluminio o una tapa.
Cortar el membrillo en ocho gajos y descorazonarlos. Salpimentarlos e incorporarlos al asado añadiendo más agua y brandy si se ha quedado seco.
Pintar la costilla con marinada y volver a meter tapado al horno durante una hora más, dándole la vuelta y volviéndola a pintar a la mitad. Mover también los trozos de membrillo.
Destapar la costilla, pintarla de nuevo y dejar que se haga 30 minutos más añadiendo un poco de agua si es necesario.
Poner el grill en el horno y subir la temperatura a 230. Sacar la costilla y dejar que repose 10 minutos. Cortarla en trozos individuales y devolverla a la fuente. Untar otra vez con marinada y meter de nuevo en el horno 5-10 minutos hasta que se doren. Servir inmediatamente.