Había una vez un muchacho el primero en todo, mejor atleta, mejor estudiante, pero lo que nunca supo fue si era buen hijo, un buen compañero, un buen amigo o un buen novio. En un día de depresión el muchacho se dejó morir, cuando iba camino al cielo se encontró con un ángel y este le preguntó: ¿Por qué lo hiciste si sabías que todos te querían?. A lo que él respondió: Hay veces que vale más una sola palabra de consuelo que todo lo que se sienta.
En tanto tiempo nunca escuché: Estoy orgulloso de ti, gracias por ser mi amigo. Ni siquiera un te quiero mucho de la persona a la que más amé. Al quedar pensativo el ángel, el muchacho dijo: ¿Y sabes qué es lo que más duele?. El ángel triste le preguntó: ¿qué?, Y respondió, ¡Qué todavía espero escucharlo algún día!.
¡Un te quiero!, luego de esto el ángel abrazó al muchacho y le dice que no se preocupe porque se acerca a la única persona que siempre le dijo al oído que lo amaba pero él nunca lo escuchó pero que lo recibe con los brazos abiertos. Es importante decirles a las personas que quieres lo importantes que son para ti. ”
SI MUERO HOY SOLO QUERÍA QUE LO SUPIERAS.
¡GRACIAS POR TU AMISTAD!
¡TE QUIERO MUCHO!