Nuestra piel es el órgano más grande que existe en nuestro cuerpo y uno de los más descuidados en muchos casos. Al igual que los huesos y el corazón, debemos cuidarla para evitar que se enferme y se desgaste con el paso del tiempo.
Hoy te enseñaremos a elegir los productos adecuados de cualquier tipo de piel, para su cuidado y tratamiento ya que esto es fundamental para conservar una apariencia saludable y hermosa, porque recuerda que no todas nacemos con la misma cantidad de colágeno o glándulas sebáceas en nuestro organismo. Algunas necesitamos una ayuda extra para darle la hidratación necesaria, y otras debemos acudir a productos que limpien y refresquen nuestros poros.
Identificar el tipo de piel
Para comenzar a consentirnos, la tarea principal a completar es la de observar nuestro cuerpo y cara y, de acuerdo a sus características, determinar qué tipo de piel tenemos.
Eso es sumamente importante pues a partir de ahí es cuando podremos seleccionar cada uno de los pasos a seguir para mantenerla en las mejores condiciones. Al usar productos o recetas que no se adapten bien, podemos dañarnos más que hacernos un regalo.
Piel grasosa
Se caracteriza por tener un aspecto brillante debido a la acumulación de secreciones. Dicha condición hace que a menudo los poros se obstruyan, apareciendo barros en el rostro, espalda, brazo y otras partes de tu cuerpo.
Lo bueno de las pieles con tendencia grasosa, es que tienen la capacidad de mantenerse siempre hidratadas. Suelen envejecer más lentamente y ser resistentes a agresiones externas.
Los climas muy calientes generalmente son perjudiciales en este caso, debido al exceso de sudoración. De igual manera, la mala alimentación puede empeorarla.
Cuidados para la piel grasosa
Si eres de piel grasosa, debes seguir los siguientes tips para lograr una piel radiante y sin imperfecciones.
- Mantenerla limpia, especialmente la del rostro. En la mañana y noche usa productos con base de agua y un astringente para eliminar el exceso de grasa.
- Disminuye el consumo de carnes rojas y prefiere el pollo o pavo.
- Controla la ingesta de chocolate, mantequillas y frituras.
- Aliméntate con frutas y verduras diariamente.
Piel seca
Las pieles secas son aquellas que se irritan fácilmente y se afectan con los cambios de clima. Al no hidratarlas, presentan un aspecto opaco, sin vida y hasta quebradizo.
Algunas de las razones por las que vemos nuestras piernas agrietadas y pálidas, son el uso de agua muy caliente al bañarnos, nadar en piscinas con mucho cloro, y los cambios de clima, especialmente aquellos fríos.
Además, si no aplicamos cremas humectantes continuamente, el efecto se agravara así como al usar a jabones irritantes y estar mucho tiempo en aire acondicionado.
Cuidados para la piel seca
El lado positivo de las mujeres con piel seca, es que esta suele ser más fácil de controlar que la grasosa. Tampoco presenta imperfecciones como espinillas o poros abiertos, pues más bien tiene ausencia de grasa, desencadenante de estos problemas.
Aquí se trata de hidratación y más hidratación. Comenzando desde adentro, procura tomar todo el agua que puedas (mínimo ocho vasos diarios). Esto le devolverá a tu cuerpo gran parte de la luz que ha perdido. Además:
- Aplícate cremas humectantes inmediatamente al salir de la ducha y aun con la piel húmeda. Se absorbe mucho más rápido y mejor.
- Tampoco debes bañarte con agua muy caliente ni muy fría. Opta por temperatura natural.
- No uses productos irritantes o con alcohol, pues se empeora el problema.
Piel mixta
En este tipo de piel se pueden presentar zonas grasosas como la frente, nariz y barbilla, (zona T) y normales o secas como las mejillas. Es común en muchas mujeres. En el mercado actual existen fórmulas especiales para cubrir las exigencias de estas, y no debería ser más complicado que el cuidado de los otros grupos.
Cuidados para la piel mixta
- Al igual que en los casos anteriores, se debe consumir mucha agua para eliminar toxinas y mantenerte hidratada y fresca.
- Tener una alimentación balanceada y rica en vegetales y frutas.
- Aplicarse una mascarilla con clara de huevo, sábila y fresas, especialmente en la zona T.
Piel sensible
Complementando a las pieles secas, mixtas y grasas, están aquellas delicadas, que se enrojecen e irritan con facilidad. Lo difícil de este grupo, es que en la mayoría de los casos suelen reaccionar desfavorablemente ante muchos productos.
Los cuidados para pieles sensibles están basados precisamente en elegir aquellos tratamientos que no contengan alcoholes ni irritantes. Opta por los que no contienen fragancia y que sean aprobados dermatológicamente.
Agua + protección
Si quieres conseguir un aspecto radiante este dúo no puede faltar en tu rutina de belleza y en cualquier tipo de piel. El agua es el mejor remedio para la salud, en el caso de la piel la mantiene fresca, limpia e hidratada.
En cuanto al protector solar, debe ser desde ahora tu compañero infalible. Los rayos UV son muy perjudiciales para tu piel y pueden contribuir a empeorar imperfecciones o hacer que aparezcan. No salgas sin él.
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