¿Es bueno que nuestros hijos vean la televisión mientras comen?

Ver la televisión y comer son dos actividades que hacemos todos los días. Los especialistas recomiendan hacerlas por separado y te vamos a explicar las razones más importantes.


No se debe comer mientras se ve la televisión

Es muy habitual encontrarse que los niños suelen comer frente al televisor o algún dispositivo electrónico como las pantallas táctiles o los móviles, pues se calcula que un 75% de ellos lo hacen de forma sistemática.

Ver la televisión suele ser un «remedio» para que los niños coman su comida y no «rechisten», pero esta es una idea poco saludable para nuestros hijos, ya que se está colocando en segundo plano la importancia que tiene la alimentación, relacionándose directamente este hábito con los problemas de sobrepeso.

Ver la televisión mientras comen nuestros hijos y los problemas de sobrepeso

Mientras la televisión se mantiene encendida, nuestros hijos no prestan atención a lo que están comiendo, por lo que se están perdiendo gran parte del sabor de la comida, así como su presentación y su aroma.

Cuando los niños están viendo la televisión mientras que están comiendo, la sensación de saciedad queda totalmente inhibida, por lo que no son conscientes de que están comiendo más cantidad de la que realmente necesitan, puesto que en esos momentos están prestando su atención a un estimulo mucho más «fuerte».

La introducción de la comida en la boca se hace prácticamente de forma mecánica y los alimentos no son masticados lo suficiente, por lo que en muchos casos, se puede provocar dolor de estómago y dificultades en la digestión.

Cuando nuestros hijos están viendo la televisión mientras comen, son influenciados por infinidad de anuncios de bollería, refrescos azucarados, golosinas o alimentos procesados que contienen gran cantidad de grasas saturadas. Esta publicidad, lo único que está consiguiendo es que los niños se inclinen hacia una alimentación poco saludable.

Comer en familia sin ver la tele y sus beneficios

Comer en familia puede potenciar la relación que nuestros hijos tienen que tener con la comida, prestando más atención a los sabores, texturas, colores y olores de los alimentos.

Cuando comemos todos en familia sin ver la televisión, no existen estímulos externos, por lo que eso influye en que todos estemos mucho más atentos en las conversaciones que se producen en la mesa, interactuando unos con otros y potenciando las relaciones familiares.

La comunicación entre la familia es mayor comiendo en la mesa.

Según estudios realizados, los niños que comen en la mesa junto a sus padres, tienen una mejor comunicación. Ademas, el hecho de masticar los alimentos de forma consciente, ejercita los músculos del habla, por lo que también favorece a la buena pronunciación.

Otros beneficios que aporta a los niños el comer en la mesa sin la televisión y relacionarse con toda la familia, es un aumento de autoestima, confianza y seguridad, ya que al relacionarse con el resto, se sienten integrados y queridos dentro de la unión familiar.

La publicidad está ligada a la obesidad infantil

La revista médica británica The Lancet publicó un artículo en el que asegura que el número de anuncios sobre productos poco saludables dirigidos a los niños es de 7.500 por año. Lo cual quiere decir que al día se producen unos 20 anuncios de publicidad que incita a nuestros hijos a el consumo de un tipo de alimentación nada saludable.

Son muchos los estudios científicos que demuestran que comer frente al televisor tiene una relación directa con la ingesta calórica. En los anuncios televisivos, la atención de los niños se capta mediante colores llamativos, regalos por la compra de algún producto o incluso, utilizando a sus personajes favoritos en el mismo spot publicitario. Todas estas, son las llamadas estrategias de marketing de ventas de las empresas de comida «chatarra». Lo cierto es que uno de cada tres niños que tienen sobrepeso, no tendría ese problema si no hubiera sido expuesto a este tipo de publicidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva tiempo exigiendo que se creen medidas capaces de regular la publicidad de este tipo de empresas, las cuales carecen de el «código ético» suficiente y bombardean constantemente con anuncios de productos grasosos, azucarados y poco sanos para nuestros hijos.

El único país donde se han empezado a tomar medidas serias respecto a la publicidad dirigida a los más pequeños de la casa, es en Chile. En este país se ha prohibido la publicidad de este tipo de «alimentos» exclusivamente orientada a los menores. Además se han prohibido la distribución gratuita en colegios y el regalar juguetes en los alimentos, unas medidas que de momento han logrado frenar la tasa de obesidad infantil que tiene este país.

Como se ha podido comprobar, comer mientras se ve la televisión produce un efecto muy perjudicial sobretodo para nuestros hijos, se deja de mantener esa relación familiar tan positiva, se ingieren más cantidad de alimentos y se «intoxican» las preferencias alimentarias de los menores con publicidad de productos «basura».

Y ahora ¿vas a permitir que tus hijos sigan comiendo frente al televisor? La responsabilidad es únicamente de las madres y padres que permiten esta actividad tan poco saludable.


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