Las causas, síntomas y remedios de los dolores de espalda por la mañana

En este artículo vamos a enumerar los posibles motivos por los que nos duele la espalda y una rutina para aliviar los dolores.


Remedios para los dolores de espalda por la mañana

Muchas personas tienen su primer episodio agudo de dolor de espalda baja durante la noche, y el efecto “mañana” es también una parte temida de la lumbalgia crónica. Incluso muchas personas que están más o menos libres de dolor durante el día, todavía pueden experimentar irritación de la rutina y una rigidez significativa a primera hora de la mañana.

¿Qué puede causar los dolores de espalda por la mañana?

Dolor inflamatorio posterior

Inflamación patológica de la columna vertebral, que es a menudo seria, relativamente rara, y bastante bien conocida. Este dolor tiende a ser muy grave y sólo a presentarse por la mañana, si no es así, puede que su dolor sea por otra causa.

Inflamación crónica de bajo grado

Un incremento diferente y mucho más leve, de forma lenta pero constante que se convierte en inflamación crónica leve a medida que envejecemos.

Síndrome de dolor miofascial y / o la fibromialgia

Probablemente muy comunes, pero más misterioso y controvertido que el resto; traen consecuencias al organismo como el aumento de la sensibilidad general y la disminución del umbral del dolor.

Posturas incómodas para dormir

Aunque es la razón más “evidente” para despertar con dolor en la espalda, puede ser peor a la larga. Hace poco se descubrió que el cuerpo es capaz de suprimir la inflamación por la noche gracias a una proteína anti-inflamatoria que poseemos y que desaparece por la mañana, provocando la rigidez y el dolor que sentimos.

¿Qué podemos hacer para aliviar nuestro dolor de espalda?

Al despertar

Todavía en la cama, levanta una rodilla lentamente hasta el pecho y abrázala durante 10 segundos. Alterna con la otra rodilla mientras la otra pierna debe mantenerse estirada con la espalda recta.

Boca arriba, dobla ambas rodillas en un ángulo de 90º y cruza las piernas (una pierna sobre la otra); Deja que las dos piernas caigan lentamente hacia un lado, sin despegar la espalda de la cama, durante 30 segundos; haciéndolo hacia ambos lados.

Después de salir de la cama

Ponte derecho y apunta directamente las dos manos hasta el techo mientras miras hacia adelante. Las manos, los brazos, la espalda y las piernas deben estar en una línea recta. Durante 20 segundos empuja hacia arriba como si estuvieses intentando alcanzar el techo mirando hacia delante.

Siéntate en el borde de tu cama con los pies firmemente en el suelo. Dobla una de tus rodillas y pon el pie sobre la cama. Tu pie debe estar descansando cerca de tus nalgas durante 30 segundos. Repetir con el otro pie manteniendo la espalda recta.

Durante el día

Por cada 25 minutos que estés sentado, tienes que ponerte de pie o caminar otros 5.

Al sentarte, utiliza un cojín suave y trata de sentarte con tan poco apoyo para la espalda como sea posible. Tu postura debe ser similar a la de alguien tocando el piano con la espalda recta y sin apoyo.

Evita arquear la espalda o agacharte cuando estés sentado.

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