Por qué tiene tanta importancia la abuela materna para un niño


Bien sabemos que en la vida de nuestros niños los abuelos ocupan un lugar preponderante. Pero aparentemente, algunos investigadores quisieron ir un poco más allá con respecto este tema y descubrieron que aún los niños que ven poco a sus abuelos o incluso que nunca los conocieron, igualmente están unidos a ellos a través de una conexión especial.

En particular, se concentraron en el rol que desempeña la abuela materna, que parece tener una influencia más profunda en relación a la otra abuela, porque bien sabemos que somos las mujeres las encargadas de traspasar a las generaciones siguientes nuestra cultura, nuestras costumbres y los valores que hemos aprendido de nuestros mayores por generaciones y generaciones.

Pero como bien decíamos, el lazo que une a abuelos y nietos no tiene que ver solamente con lo afectivo sino que lo genético también juega un rol preponderante.

La abuela materna, en cierta forma, vuelve a ser madre cuando tiene nietos y esto es aún más fuerte cuando la descendencia es femenina. Al parecer, la ciencia puede explicar que entre los nietos y las abuelas maternas existe una conexión diferente, más intensa y que tiene que ver con lo genético.

Los genes son tenaces

Al parecer, la carga genética que arrastramos nos une a nuestros abuelos creando un lazo que va más allá de lo afectivo. Los recuerdos, los gustos en común, las charlas y todo aquello que recuerdes de tus abuelos puede ser más o menos intenso, pero la unión que existe a través de los genes supera incluso lo afectivo. Siempre estará allí.

Y la abuela materna tiene una mayor participación en esta transmisión genética al punto tal de que un niño puede incluso tener más parecido o mayor afinidad con la abuela que con sus propios padres, porque esta influencia genética si bien es transmitida por ellos, se hace más evidente saltando una generación.

En ocasiones, hasta el parecido físico es imperceptible pero la transmisión genética hace que un niño herede de sus abuelos algunos gestos, la voz, la contextura ósea o incluso la forma de caminar.

¿Cómo pueden darse estas herencias tan particulares de la abuela materna?

La ciencia tal vez tenga la explicación cuando analice en mayor profundidad un hecho real, que es que los nietos ya estuvieron en el vientre de su abuela cuando concibieron a sus madres. ¿Alguna vez te detuviste a pensar en este hecho? ¡Es fascinante!

Cuando los fetos se forman dentro del vientre materno ya reciben mucha herencia genética de sus madres y si bien también tienen una mitad de la herencia genética del padre, esto termina al momento de concebirse porque el resto de la formación del feto se realiza a través de los nutrientes de la mamá.

El escritor chileno Alejandro Jodorowsky, explica a partir de su propia teoría que las abuelas maternas también contribuyeron a la formación de su nieto y sus rasgos están impresos en el ADN de cada niño.

Dentro de su explicación, aclara que no solamente heredamos características físicas sino también experiencias y emociones. Esto también lo transmite la abuela materna. Las células que dieron origen a tu hijo tienen una carga genética que también heredaste de tu madre y esos nexos son tan fuertes que incluso podemos verlos en nuestros hijos cuando adoptan hábitos, costumbres y apariencia física de la abuela materna.

¿Cómo pueden heredarse las emociones?

Tal vez hayan pasado muchos años desde que la abuela en su juventud vivió experiencias emocionalmente intensas que se arraigaron en su ser, pero de manera inexplicable, o tal vez de manera genética, ellas trasmitieron estas emociones generadas por las experiencias vividas y están activas en el ADN aun cuando hayan pasado por una generación para luego manifestarse en nuestros hijos.

El ADN mitocondrial es el que proviene de la madre y estas “sensaciones” de acercamiento estrecho con la abuela materna tal vez estén ligadas no sólo por el amor sino también por los genes.

Es sabido que las abuelas maternas participan mucho más y están más atentas al embarazo de sus hijas, así como en el parto y luego en la crianza de sus nietos y esta presencia de las abuelas maternas desde antes de que los niños sean concebidos tiene un peso tal que hace que esta figura sea preponderante en nuestras vidas.

Las abuelas y también los abuelos maternos y paternos, son los pilares en una familia. Su presencia es indispensable y juegan un rol más que importante en la crianza de nuestros niños.

Alguien dijo alguna vez que “el amor se enseña”. Y particularmente estoy de acuerdo porque los genes ayudan a unirnos en la sangre, pero el deseo de querer estar juntos surge de cada uno y esto es lo que tenemos que fomentar como padres, cuando tenemos niños y también como abuelos si queremos acercarnos a ellos.

¡Qué importante es contar con la experiencia y la ayuda de los abuelos! Valoremos todas sus enseñanzas y disfrutémoslos siempre.

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