Bollos suizos


Bollos suizos

Ingredientes (para unos 20 suizos más o menos)

170 ml leche

120 gr de manteequilla

40 gr de levadura prensada

120 g mantequilla

4 huevos

75 gr de azúcar

550 gr de harina de fuerza

10 gr de sal

Para decorar:

Huevo

Azúcar

Agua de azahar, opcional

Elaboración:

Si queréis hacer menos dividís las cantidades, este tipo de bollería está bien en el momento o como mucho al día siguiente, aunque siempre se puede congelar y sacándola un rato antes degustarla como si estuviera recién hecha. Calentamos la leche junto con la mantequilla y disolvemos en la mezcla la levadura. Lo echamos en un bol y sin que esté demasiado caliente, añadimos los huevos que habremos batido previamente junto con el azúcar. Echamos la sal y la mitad de la harina, y vamos removiendo bien hasta que se integren perfectamente todos los ingredientes. Seguimos añadiendo la harina poco a poco y removiendo sin que nos queden grumos y hasta conseguir una masa elástica y, todo hay que decirlo, bastante pegajosa. Cuando tengamos preparada la masa (hay que darle un buen rato) hacemos una bola, la tapamos con film y la dejamos en un lugar cálido hasta que doble su volumen, que será pasada mínimo una hora.

Una vez que haya levado la trabajamos un poco para sacarle los gases de la fermentación, y hacemos bolas de no más de 60 gr cada una, las aplastamos un poco y las colocamos sobre la bandeja del horno en papel de hornear, dándoles una primera pincelada con huevo batido. Volvemos a dejarlas que doblen su volumen, aproximadamente otra hora. Cuando ya tengamos los bollos en su punto para hornear volvemos a pincelarlos con huevo, les hacemos un corte a lo largo y les echamos la pasta de azúcar, que no es otra cosa que azúcar mezclada con agua o si preferís con un poco de agua de azahar que le dará ese sabor tan característico de los Roscones de Reyes. La mezcla debe quedaros como una pasta. Metemos los suizos a horno precalentado a 230 º durante unos 15 minutos, estando atentas para que no se nos quemen y teniendo en cuenta que deben estar el tiempo justo para que no queden secos. Y listo, como veis, laborioso y sobre todo para echarle tiempo, pero el resultado final merece la pena, y lo dicho, si los congelamos tendremos un desayuno recién hecho siempre que queramos.


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