INGREDIENTES
– 125 gms de almendras molidas
– 175 gms de azúcar glass
– 3 claras de huevo
– 75 gms de azúcar para el merengue
– colorante (mejor en polvo o gel), si queremos.
PREPARACIÓN
Lo primero es tamizar. Este paso, que normalmente suele ser prescindible parece ser crucial para esta masa. Tras haber leído muchos avisos sobre este tema tamicé primero dos veces la almendra molida, después le añadí el azúcar glass previamente tamizada también, y después la mezcla de almendra y azúcar la tamicé otras dos veces.
Una vez hecho esto monté las tres claras con las varillas eléctricas, añadiendo el azúcar normal cuando estaban un poco montadas, y llegando a obtener un merengue muy firme.
Le añadí colorante en gel justo antes de acabar de montar las claras, para no tener que remover luego en exceso la masa.
Y después le añadí la almendra con el azúcar, mezclando suavemente con la lengua. Una vez integrado todo debería quedar algo así.
Cuando tenemos la masa, es simplemente colocarla en una manga con boquilla redonda, y poniéndola perpendicular a la bandeja de horno, que hemos cubierto con papel de hornear, y sin moverla, ir haciendo círculos de masa. Se coloca la boquilla en un punto y vamos apretando sin mover, cuando tenemos el diámetro que queremos, pasamos al siguiente círculo.
Lo suyo es no pegar mucho los círculos a los bordes de la bandeja, porque de hacerlo tienden a deformarse.
Una vez que los tenemos colocaditos, a esperar. En principio hay que esperar una hora antes de meterlos en el horno, de esta manera la capa exterior se queda más sólida (lo notaremos al tocarlos) y al hornearlos aparece por debajo el » pie» , ya que la masa al calentarse no puede crecer por arriba, y se »desborda» por debajo.
Una vez pasada la espera, se meten en el horno, a 140º durante 10 min aprox
Deben enfriarse del todo antes de que los movamos del papel de horno.
Queda lisa y firme la capita de fuera, y por dentro son tiernos y a la vista parecen bizcochitos.
Y una vez fríos, a rellenarlos. Yo en esta ocasión rellené los amarillos de crema de limón, y los rosas de dulce de leche, pero las opciones para el relleno son infinitas: buttercreams, crema de frutas, ganache….
Conservación:
De un día para otro están más ricos si cabe, se conservan en la nevera, pero al guardarlos hay que ir con ojo de envolverlos muy muy bien, porque la masa no soporta la humedad.