Ingredientes (para 8 raciones):
20 galletas maría
2 cucharadas de mantequilla o margarina
550 ml. de leche (2 vasos grandes de leche y un poquito más)
400 ml. de nata líquida (2 bricks pequeños) 2 sobres de cuajada
6 cucharadas de azúcar
3-4 cucharadas de mermelada de frambuesa, de arándanos o de fresa.
Preparación:
Con ayuda de una batidora, picamos hasta conseguir que las galletas tengan textura de polvo. Mientras, deshacemos la mantequilla o margarina y la mezclamos con el polvo de la galleta, logrando que quede ligeramente humedecida pero no apelmazada. Con ello, hacemos una base en un molde redondo de 2-3 de centímetros de altura y unos 22 cm. de diámetro.
Por otro lado, ponemos una olla a fuego medio con 500 ml. leche, la nata y el azúcar sin dejar de remover. En un vaso deshacemos los sobres de cuajada en los 50 ml. restantes de leche, evitando (en la medida de lo posible que queden grumos) y lo incorporamos a la olla, llevándolo a ebullición.
Cuando empiece subir la leche retiramos del fuego, removemos y volvemos a poner otra vez al fuego. Así hasta 3 veces. Finalmente, añadimos esta mezcla sobre la base de galleta, con cuidado para que no se levante.
Dejamos que se enfríe a temperatura ambiente (1-2 horas) y después introducimos a la nevera durante al menos 3 horas antes de servir. Para decorarla, una vez que esté fría cubrimos con una fina capa de mermelada de cualquiera de las tres variedades que he señalado, pero que siempre sea de frutos rojos.
Servir de manera individual con un poco de nata montada con sirope de fresa o con helado de yogur y/o de frutos rojos.
Truco: podemos hacer esta tarta por la mañana o el día de antes, con lo cual tendremos el postre preparado y una cosa menos de la que ocuparnos cuando volvamos con el tiempo ajustado.